Quién mató a Neji en Naruto
¿Quién mató a Neji? El momento que todavía nos rompe en Naruto

Lo juro, esa escena la tengo grabada. Estaba viendo el capítulo como cualquier otro, sin esperar nada raro, y de repente… ¡zas! El golpe directo al corazón. Neji Hyūga, el genio serio, el que parecía que nunca perdía el control, tirado en el suelo. Y no por un enemigo cualquiera, sino en plena Cuarta Guerra Ninja, contra ese monstruo que parecía salido de una pesadilla. Uf, todavía me duele.
Para mí, que sigo Naruto desde que era crío, fue como perder a un amigo que no ves todos los días, pero que cuando aparece, te cambia el momento. Neji había pasado de ser ese rival antipático a convertirse en alguien que te daba orgullo ver en el mismo bando que Naruto. Y sí, sé que en este mundo los personajes caen… pero este golpe fue distinto. Más injusto, más definitivo.
Encima, él lo decidió. Se puso en el camino del ataque, sabiendo que no había vuelta atrás. Todo para proteger a Naruto y Hinata. Un instante. Una elección. Y adiós. Me mata pensar que alguien que siempre cargó con un destino impuesto, al final eligiera él mismo su final. Hay algo de ironía ahí… de la amarga.
La locura en la que cayó: la Cuarta Guerra Ninja y el Jūbi

Si no viviste esa parte (o si no la recuerdas bien), déjame pintarte el cuadro. La Cuarta Guerra Ninja no fue una pelea más, fue la pelea. Todo el mundo shinobi junto: los kages, los clanes más fuertes, gente que nunca imaginaste hombro a hombro… y del otro lado, Madara, Obito, y esa cosa gigantesca y retorcida llamada Jūbi. Un monstruo que parecía que la misma tierra lo escupió para destruirlo todo.
El campo de batalla era un infierno. Explosiones por aquí, gritos por allá, polvo que no te dejaba ni ver. Naruto en medio, con esa manía suya de querer salvar a todos a la vez. Neji, junto con otros, intentando frenar lo que se pudiera frenar. Cada ataque del Jūbi era como si te lanzaran una montaña encima. No había tiempo para pensar. O te movías, o estabas acabado.
Y fue entonces cuando pasó. Un ataque, directo a Naruto y Hinata. Neji estaba lo bastante cerca… y lo bastante rápido. Ni lo dudó. Se puso delante. Recuerdo ese momento como un fotograma que no avanza. Y sí, esa fue la última vez que lo vimos de pie.
De enemigo a alguien que se siente como familia

Lo curioso es que, cuando conocimos a Neji, yo no lo tragaba. Arrogante, frío, como si mirara por encima del hombro a todos. La pelea contra Naruto en los exámenes Chūnin… vaya espectáculo. Yo pensaba: “este tipo es intocable”. Y después perdió. Ese fue el principio de algo distinto.
Poco a poco empezó a cambiar. No se volvió un tipo de sonrisas fáciles, pero se notaba que algo se había movido por dentro. Con Hinata, dejó de ser solo el primo distante para convertirse en alguien que cuidaba de verdad. Con Naruto, pasó de subestimarlo a respetarlo. Y eso es lo que hace que su último acto tenga tanto sentido: murió salvando a ambos. Es fuerte decirlo, pero su vida cerró un círculo perfecto… aunque a un precio que no merecíamos pagar.
Para mí, Neji era de esos personajes que no aparecían en todos los episodios, pero cuando lo hacían, la historia subía de nivel. Su presencia pesaba. Y su despedida, más aún.
¿Era realmente necesario?
Y aquí es donde los debates no se acaban. Hay quien dice que su muerte era necesaria para mostrar que en la guerra nadie está a salvo, para darle a Naruto un empujón emocional. Yo… no estoy tan seguro. Creo que había otras maneras de hacerlo. Pero claro, en ese instante preciso, con ese proyectil en el aire, solo Neji estaba ahí para hacer algo. Y lo hizo.
Es posible que Kishimoto quisiera ese golpe seco para recordarnos que la guerra es cruel. Pero sigo pensando: ¿por qué él? ¿Por qué no dejarlo vivir y darle más desarrollo? Un tipo así tenía tanto que ofrecer…
La sombra que deja en Boruto y en el Clan Hyūga

Aunque en Boruto no lo vemos (por razones obvias), Neji sigue estando presente. Hinata carga con ese dolor silencioso, Naruto no olvida lo que hizo, y el Clan Hyūga lo lleva como una marca en la memoria. No es solo el clan orgulloso del Byakugan; también es el clan que perdió a uno de los suyos de la forma más noble que existe.
Y cada vez que en Boruto se menciona su nombre, hay un silencio distinto. Como si todos recordaran, aunque no lo digan, lo que significó. Neji se fue, pero no se borró. Ni de la historia, ni de los corazones de quienes lo vimos luchar.
Un adiós que nunca terminó de cerrar
Han pasado años, pero para mí, ese adiós sigue abierto. No todos los personajes reciben una despedida así, tan intensa, tan cargada de significado. Tal vez por eso duele tanto. Yo quería verlo crecer, liderar, enseñar… merecía ese futuro.
Me quedo con esa última mirada, esa media sonrisa que parecía decir: “tranquilos, era mi elección”. Y aunque intento aceptarlo, siempre me pregunto: si él demostró que el destino no está escrito, ¿por qué su final sí lo estuvo?
La próxima vez que vuelvas a ver Naruto y llegues a esa parte, no te contengas. Siente la rabia, la tristeza, incluso el orgullo. Porque Neji no solo murió en la historia… también se ganó un lugar eterno en ella.