Demon Slayer: Infinity Castle rompe récords en Japón
Demon Slayer lo ha vuelto a hacer. Incluso antes del estreno oficial de su esperada trilogía cinematográfica, Infinity Castle: Parte 1 ya está haciendo historia. Las entradas anticipadas se agotaron en todas las salas de cine de Japón en tan solo 10 minutos, recordando el fenómeno de Mugen Train en 2020, la película de anime más taquillera de todos los tiempos.
O sea… ¿qué más pruebas necesitas de que Demon Slayer sigue siendo el rey absoluto del anime? ¡Las entradas ni siquiera se habían calentado en taquilla y ya se habían agotado! Así, en plan salvaje. Esta locura de demanda no solo habla del hype: confirma que Infinity Castle viene con todo. Si esto es solo por la preventa, imagina lo que va a pasar cuando llegue a cines. ¿Estamos ante otro fenómeno Mugen Train? Quizá incluso algo más grande. Quién sabe, pero lo que es seguro es que esto va para récord… otra vez.
¿Otro Mugen Train? El déjà vu es real

Lo de Infinity Castle está dando serios déjà vu a los fans veteranos, y no por casualidad. El nivel de locura por conseguir entradas recuerda muchísimo al fenómeno que fue Mugen Train en su momento. Aquella película, lanzada en 2020, no solo rompió taquillas: la pulverizó. Terminó recaudando más de 365 millones de dólares a nivel mundial y, por un tiempo, fue literalmente la película más vista del planeta —sí, del planeta entero, superando incluso a producciones de Hollywood ese año.
Y ahora, cinco años después, el mismo tipo de histeria colectiva parece repetirse. Las funciones de Infinity Castle: Parte 1 volaron en minutos, y eso sin que nadie haya visto aún un solo fotograma fuera del tráiler. Las comparaciones con Mugen Train no se hicieron esperar, y tienen sentido: mismo universo, mismo nivel de expectativa, y aparentemente la misma capacidad de arrasar con cualquier récord anterior.
Claro, otros títulos como Your Name también dejaron huella en el cine anime, con historias más íntimas y emocionales. Pero lo de Mugen Train fue otro tipo de fenómeno —más masivo, más ruidoso—, y todo indica que Infinity Castle viene con la misma energía… o incluso más. No sería una sorpresa que termine superando a su predecesora en recaudación, sobre todo si la trilogía mantiene el ritmo.
El hype no es inventado: está en las cifras, en las filas frente a los cines, y en los hashtags que no paran de moverse.
Algo grande está por pasar. Otra vez.
La preventa de Infinity Castle: un caos hermoso

Lo que pasó con las entradas de Infinity Castle: Parte 1 no es normal. Ni siquiera para Japón, donde los estrenos de anime suelen mover multitudes. Esta vez fue distinto. Más rápido. Más salvaje. Literalmente todas las funciones se agotaron en cuestión de minutos. Y no en una ciudad —en todo el país. Una venta relámpago que dejó a medio fandom con el navegador en blanco y la frustración al máximo.
¿Es exagerado llamarlo “evento histórico”? Puede ser. Pero también puede que no. Porque esto no es solo entusiasmo por una secuela: es el reflejo de algo más grande. Cuando una película arrasa de esa forma antes de haber mostrado una sola escena al público, es que se ha convertido en algo más que entretenimiento. Es cultura. Y Demon Slayer lleva rato jugando en esa liga.
No es solo que la gente quiera verla. Es que la gente necesita verla. El universo de los cazadores de demonios ha logrado conectar con toda una generación, y eso se nota en gestos como este: filas virtuales saturadas, hashtags ardiendo, y salas que cuelgan el cartel de “sin entradas” antes de abrir la taquilla real.
Y si todavía no sabes de qué va todo este escándalo… bueno, nunca es tarde. Demon Slayer empezó fuerte desde su primera temporada en 2021 —esa misma que ahora puedes ver completa en Netflix. Ahí es donde conocés a Tanjiro, a Nezuko, y a toda esa banda hermosa de lunáticos con espadas y traumas. Y una vez que entrás… no hay vuelta atrás.
Créeme: si Infinity Castle ya está haciendo historia en preventa, es porque lo que viene no es cualquier cosa. Es el evento del año para el anime. Y tal vez, incluso, para el cine en general.