¿Existe Yoshikage Kira en la vida real?(JoJo’s Bizarre Adventure)
A ver, seamos honestos: si has visto JoJo’s Bizarre Adventure, en especial el arco Diamond is Unbreakable, seguro que más de una vez pensaste “¡Este tipo está demasiado bien construido para ser pura ficción!”. Yoshikage Kira no es solo un villano más —es de esos personajes que te incomodan porque… podrían existir. Y sí, hay teorías y coincidencias que dan mucho que pensar.
Kira: ¿creación original o reflejo de monstruos reales?

Kira se presenta como un tipo común y corriente. Un oficinista, elegante, callado, obsesionado con vivir una vida “tranquila”. Pero tras esa fachada, esconde un alma oscura: un asesino serial con una fijación perturbadora por las manos femeninas. Es metódico, obsesivo, casi maniático con el orden… Y claro, eso ha hecho que muchos fans se pregunten: ¿en quién se inspiró Araki para crear a este monstruo con cara de ángel?
Hirohiko Araki nunca ha soltado una confesión clara, pero si uno se pone a rascar un poco en la historia criminal, hay paralelismos que dan escalofríos. Uno de los nombres que más se repite es el de Ted Bundy —sí, ese Bundy—, el asesino estadounidense que encantaba a todos con su carisma, mientras en secreto cometía horrores.
Ted Bundy y Kira: más parecidos de lo que quisiéramos

Bundy tenía esa habilidad para pasar desapercibido. Educado, bien vestido, hablaba bien, era guapo… ¿suena familiar? Exacto, Kira es un reflejo de ese tipo de monstruo que no necesita gritar para ser aterrador. Ambos compartían ese impulso por el control absoluto, la necesidad de mantener todo limpio, silencioso, sin huellas. Nada de caos. Solo su rutina… y sus víctimas.
Lo más espeluznante es cómo ambos llevan a cabo sus crímenes: con rituales, con frialdad, con un método casi quirúrgico. No son los típicos asesinos que buscan fama. Al contrario, quieren pasar desapercibidos. Y eso, sinceramente, da más miedo que cualquier villano gritón de película.
Criminales japoneses que también pudieron inspirarlo

Pero ojo, que no todo gira en torno a Bundy. En Japón también hay figuras sombrías que podrían haber servido como molde para Kira. Uno de los más mencionados es Tsutomu Miyazaki, conocido como “el asesino otaku”. Sus crímenes en los años 80 fueron tan horrendos que aún hoy provocan pesadillas. Tenía rituales, coleccionaba cosas de sus víctimas, y vivía una doble vida.
Y luego está Issei Sagawa. Este hombre mató y devoró a una estudiante en París… y luego regresó a Japón para convertirse en una especie de celebridad. Tal cual lo lees. Ese absurdo surrealismo recuerda muchísimo al tono de JoJo, ¿no crees?
Más allá de los casos puntuales, Kira también refleja algo muy japonés: esa obsesión con encajar, con no llamar la atención, con ser uno más. Él quiere vivir sin ser molestado, sin destacar. Y eso se vuelve aún más aterrador cuando uno piensa que podría estar sentado justo a tu lado en el tren.
La obsesión con las manos: algo más que un fetiche
Vale, hablemos de las manos. Porque lo de Kira no es solo raro, es enfermizo. No le basta con matar: se queda con las manos de sus víctimas, las cuida, les habla… como si fueran sus novias. Es grotesco. Pero, por retorcido que parezca, hay antecedentes reales. Algunos asesinos han conservado partes del cuerpo como trofeos o para “sentirse acompañados”.
En JoJo, las manos tienen mucho simbolismo. Representan belleza, deseo, control. Para Kira, las manos son su versión del amor ideal: sin conflictos, sin emociones desbordadas, solo “perfección”. Es perturbador, pero tiene sentido dentro de su lógica enferma.
¿Por qué no podemos dejar de pensar en Kira?
Quizás lo más jodido de todo esto es que Kira no parece salido de una peli de terror. Parece real. No grita, no se ríe como loco, no tiene superpoderes llamativos (bueno, salvo Killer Queen, claro). Es un tipo que podrías ver cruzando la calle. Y eso, en mi opinión, lo hace aún más inolvidable.
¿Te ha pasado eso de mirar a alguien en la oficina y pensar “podría ser un Kira”? Pues eso. La idea de que el mal puede estar escondido tras una cara común es un miedo tan humano como real. Y JoJo juega con eso de una manera brillante.
Entonces… ¿Kira podría existir?
Mira, al final del día, sabemos que Kira es un personaje ficticio. Pero lo que lo hace tan poderoso es que está construido con pedacitos de verdad. Un poco de Bundy, un poco de Miyazaki, bastante de crítica social… y voilà: un monstruo perfectamente realista.
Así que, la próxima vez que alguien te diga que los animes son pura fantasía, solo muéstrale una foto de Kira. Porque a veces, lo más terrorífico de una historia no es lo imposible… sino lo que ya ha pasado.