Final explosivo de Squid Game 3: ¿qué pasó con Gi-hun?
Con la conclusión de Squid Game en su tercera temporada y el inminente final de Stranger Things este mismo año, surge una gran pregunta: ¿en qué serie apostará ahora Netflix? Afortunadamente para la plataforma, parece que aún quedan muchos más Juegos del Calamar por jugar.
El verdadero ganador de estos sangrientos juegos infantiles en el drama surcoreano no es un jugador, sino Netflix. La plataforma ha exprimido tanto esta franquicia que sorprende que el final de temporada haya resultado tan bueno (al menos, en gran parte). Un cameo inesperado en los últimos minutos del sexto y último episodio, titulado «Los humanos son…», sugiere fuertemente que los juegos existen más allá de Corea del Sur y siguen en funcionamiento. Esto podría significar que la visión de David Fincher para un spin-off en inglés finalmente se hará realidad, o tal vez solo sea una pista más sobre la persistencia de los juegos tras su aparente disolución. Sea como sea, este explosivo final cierra definitivamente la historia de Gi-hun, el Jugador 456, con un giro tan devastador como inolvidable.
Gi-hun muere para salvar al bebé de Jun-hee
Gi-hun decide ponerse del lado de la humanidad




El episodio final retoma la acción justo donde la dejó el anterior: Gi-hun, Myung-gi y un recién nacido son los tres últimos jugadores del «Sky Squid Game». Según las reglas del juego, en cada ronda alguien debe ser empujado desde una plataforma hacia su muerte para que los demás puedan avanzar. Esto significa que o Gi-hun, o Myung-gi, o el bebé deben morir para que el juego llegue a su fin.
Myung-gi, el padre biológico del bebé que tuvo con la ya fallecida Jun-hee, había ayudado a Gi-hun en rondas anteriores para salvar a su hija. Pero cambia de opinión en el último momento. Su plan es dejar morir a Gi-hun y lanzar a su hija desde una plataforma para así llevarse el premio.
En una jugada astuta, Gi-hun le entrega al bebé a Myung-gi como distracción, mientras recupera un cuchillo del cuerpo de otro jugador caído. Se desata una intensa lucha: Gi-hun esquiva los ataques con una barra, ambos caen de la plataforma y Gi-hun logra sujetarse de una barra expuesta mientras sostiene a Myung-gi por la ropa. Pero la tela se rompe, y Myung-gi cae a su muerte.
Aunque parece que Gi-hun ha ganado, se da cuenta de que nunca pulsó el botón que inicia oficialmente el juego final, por lo que la muerte de Myung-gi no cuenta. Solo queda una opción: sacrificarse él o el bebé. No quiere morir, pero le prometió a Jun-hee que protegería a su hija. Además, volvió a los juegos con el propósito de acabar con el Hombre del Traje y evitar más muertes de jugadores.
Con solo 10 minutos restantes en el cronómetro, coloca al bebé en la plataforma. Mira al espejo bidireccional detrás del cual observan los VIPs y el Hombre del Traje, y dice: «No somos caballos. Somos humanos. Los humanos son…». Antes de terminar su frase, se deja caer hacia atrás, muriendo. El bebé se convierte en la única ganadora y superviviente de los juegos.
Jun-ho llega demasiado tarde para exponer los juegos
La isla explota antes de que las autoridades logren infiltrarse

Mientras Gi-hun toma su trágica decisión, Jun-ho continúa su misión para encontrar a su hermano In-ho, alias el Hombre del Traje, y guiar a la Guardia Costera de Corea del Sur hasta la isla donde se llevan a cabo los juegos. Pero In-ho, al percatarse de la llegada de las autoridades, ordena evacuar al personal y VIPs y activa una cuenta regresiva de 30 minutos para detonar el recinto.
Antes de irse, In-ho cumple su promesa al nuevo jugador, y parece profundamente conmovido por el sacrificio de Gi-hun. Cuando Jun-ho lo confronta en la sala de control VIP, le grita preguntándole por qué continuó los juegos. In-ho lo ignora y se marcha.
Los jugadores restantes y el propio In-ho escapan de la isla antes de que explote, destruyendo toda evidencia física de los juegos. No queda nada que demuestre su existencia. No se sabe si las autoridades investigarán más a fondo.
Seis meses después, Jun-ho saca de la cárcel a Woo-seok, arrestado por entrar ilegalmente a una propiedad y matar al perro del Capitán Park. Woo-seok sueña con transformar el Pink Motel en un casino estilo Las Vegas, pero el dinero del premio que dejó Gi-hun ha desaparecido. Jun-ho, ahora ex policía, regresa a casa y encuentra que el bebé ha sido dejado a su cuidado. Junto a ella, una tarjeta bancaria con 45.600 millones de wones. In-ho parece querer ofrecerle una vida mejor a la niña, insinuando una posible redención.
No-eul salva la vida de Gyeong-seok (y la de su hija)
No-eul y Gyeong-seok tienen su final feliz

Los personajes con el final más feliz de toda la serie son No-eul y Gyeong-seok, el Jugador 246. No-eul, una desertora de Corea del Norte que trabajaba como guardia en los juegos, ayuda a escapar a Gyeong-seok, quien tiene una hija enferma de cáncer.
Para salvar a Gyeong-seok y a su pequeña, No-eul quema todas las evidencias de su identidad y la de otros jugadores almacenadas en el compartimiento personal de In-ho. Después de ese acto heroico, casi se quita la vida, pero al escuchar los llantos del bebé de Jun-hee, cambia de opinión.
El viaje del Hombre del Traje a Los Ángeles anticipa un nuevo futuro
In-ho honra a Gi-hun y presencia un juego familiar

Más tarde, en el centro de Los Ángeles, In-ho ve algo inquietantemente familiar: dos personas jugando al ddakji en un callejón. Una de ellas —presuntamente una reclutadora interpretada por Cate Blanchett— abofetea al hombre sin hogar cada vez que pierde. In-ho la observa desde su coche, y ambos intercambian una mirada cargada de significado. Él sube la ventanilla y el vehículo se aleja, mientras ella continúa el juego.
Desde la primera temporada se insinuaba que los Juegos del Calamar eran una organización internacional, y uno de los VIPs incluso afirmó que la versión surcoreana era la mejor. Con los rumores de que David Fincher está desarrollando un spin-off en inglés, todo apunta a que una versión estadounidense de Squid Game está en camino.