¿Por qué Ellie es inmune en The Last of Us?
Desde que se estrenó The Last of Us, muchos nos quedamos enganchados no solo por su atmósfera brutal y sus momentos de tensión pura, sino también por las preguntas que deja en el aire. Y hay una que destaca entre todas: ¿cómo es posible que Ellie sea inmune al Cordyceps?
Entonces… ¿por qué Ellie no se infecta?
Bueno, la serie de HBO al fin nos da una respuesta en el último episodio. Y ojo, porque no es cualquier cosa: tiene que ver con su madre, Anna, y un momento tan impactante como trágico. En los videojuegos, esto nunca se explica del todo, pero la serie fue más allá y nos regaló una escena que te deja con el corazón en la mano.

Anna —interpretada por Ashley Johnson, quien irónicamente es la voz original de Ellie en el juego— está embarazada y huyendo de un infectado. Se refugia como puede en una casa abandonada, pero justo en el momento en que está dando a luz, el monstruo la alcanza. Lucha con todas sus fuerzas, lo mata, pero no antes de que la muerda en la pierna.
Y ahí está la clave: la mordida ocurre justo cuando Ellie está naciendo. Anna, con lo poco que le queda de fuerza, corta el cordón umbilical con un cuchillo (ese mismo que luego será el arma simbólica de Ellie) y abraza a su bebé. Todo pasa en cuestión de segundos. Brutal.
Una explicación con tintes científicos… pero muy The Last of Us
Más adelante, Marlene —la líder de las Luciérnagas y amiga cercana de Anna— nos cuenta que esta exposición tan temprana al hongo hizo que el cuerpo de Ellie aprendiera a convivir con él. Como si su sistema inmunológico lo reconociera como algo propio.
¿La teoría? Básicamente, el cuerpo de Ellie emite señales que hacen que el Cordyceps «piense» que ella ya está infectada. Por eso no la ataca. Es como una especie de camuflaje biológico. Puede sonar extraño, pero tiene sentido dentro del universo que plantea la serie: realismo mezclado con lo sobrenatural.
La escena de Anna: exclusiva de la serie (y poderosa)
Este origen de la inmunidad no aparece en el videojuego. Fue algo que Neil Druckmann tenía en mente desde hace años, pero nunca llegó a incluir. La serie aprovechó la oportunidad y lo transformó en uno de los momentos más emotivos de toda la temporada.

Vemos cómo Marlene encuentra a Anna, que ya muestra señales de estar perdiendo el control. Ella le ruega que cuide de Ellie… y que la mate. Es durísimo. Marlene, entre lágrimas, cumple su promesa. Así comienza la historia de Ellie: con una pérdida, con un sacrificio. Y eso lo cambia todo.
¿Hay alguien más como Ellie? Spoiler: no
Hasta donde sabemos, Ellie es única. No hay nadie más que sea inmune al Cordyceps. Su sangre ha sido analizada, sí, y hay teorías sobre cómo crear una cura… pero ninguna garantía. Para extraer lo que se necesita, los médicos tendrían que matarla. Y ahí es donde Joel entra en escena, con decisiones que aún nos hacen debatir entre fans.
La cura no es una certeza. Es una posibilidad. Y esa delgada línea entre la esperanza y el dolor es lo que define el final de temporada, donde Joel, incapaz de perderla, hace lo impensable. ¿Bien o mal? Cada quien lo interpretará a su manera.
¿Por qué esta revelación nos llegó al alma?
Porque no se trata solo de explicar la inmunidad. Se trata de darle sentido a todo lo que Ellie representa. Desde el primer segundo de vida, alguien dio todo por ella. Su madre murió protegiéndola. Marlene la salvó entre lágrimas. Joel la eligió por encima del mundo entero.
Y encima, ver a Ashley Johnson entregando a Ellie —ella, que fue Ellie en el juego— es un cierre perfecto. Es como si dos versiones del personaje se encontraran en un momento simbólico. Fans del juego o no, esa escena te toca el corazón.
Una última idea: ¿y si la inmunidad es algo más?
Pensémoslo un segundo. ¿Y si la inmunidad no es solo una condición biológica? ¿Y si es una metáfora? Ellie es la única que aún cree, que aún ama, que aún lucha aunque todo esté podrido. En un mundo devorado por el hongo, ella es la chispa que no se apaga.

No sabemos si habrá cura. No sabemos si sobrevivirá. Pero sí sabemos esto: Ellie no es inmune solo al Cordyceps. También es inmune al cinismo, a la resignación, al olvido. Y por eso, la seguimos. Hasta el fin del mundo si hace falta.