¿Por qué Eren se volvió villano en Attack on Titan?
A lo largo de Attack on Titan, fuimos testigos de uno de los giros más impactantes en la historia del anime: Eren Jaeger, ese joven decidido que juró eliminar a todos los titanes, terminó convirtiéndose en la amenaza más grande para la humanidad. Muchos fans se quedaron con la boca abierta. ¿Qué pasó con el Eren que queríamos tanto? ¿En qué momento se volvió “el malo”? Bueno, la respuesta es más compleja de lo que parece.

De soñador a destructor: el cambio de Eren no fue de un día para otro
Desde niño, Eren fue un chavo terco, impulsivo y con una obsesión clara: ser libre. Cuando vio cómo los titanes destruían su ciudad y mataban a su mamá, su deseo de venganza se volvió un fuego que lo consumía por dentro. Parecía que su camino era simple: eliminar monstruos y salvar a la humanidad. Pero el mundo de Shingeki no Kyojin nunca fue tan blanco y negro. Con cada nueva revelación, Eren dejó de luchar solo contra titanes… y empezó a pelear contra el sistema que creó todo ese caos.
“¡Mataré a todos los titanes! ¡Los exterminaré… uno por uno!” — Eren Jaeger (Temporada 1)
Marley: cuando Eren entendió que el verdadero enemigo era el mundo

Cuando Eren cruza el mar y llega a Marley, se da cuenta de que hay millones de personas allá afuera —y que la mayoría quiere ver muertos a los eldianos. Para él, eso fue un balde de agua fría. Descubrió que su gente no era especial ni la última esperanza de la humanidad… eran vistos como demonios. Como basura. Eso cambia a cualquiera.
Y aquí es donde Eren empieza a tomar decisiones más oscuras. Ya no busca solo proteger. Ahora quiere aplastar a quienes amenazan su libertad y la de los suyos. Su idea de justicia se transforma en algo brutal.
El poder del Titán de Ataque: ¿libertad o destino ya escrito?
Eren descubre que, gracias a su titán, puede ver recuerdos del futuro. Y lo que ve… es escalofriante. Se ve a sí mismo desatando una destrucción masiva que arrasa con el mundo. Lo más loco es que no huye de esa visión. La acepta.
Para él, no es una opción. Es el destino. Cree que todo ya está escrito, y su deber es cumplirlo. Como si dijera: “Si nadie más puede cargar con esto, lo haré yo.”
“Nací en este mundo… y no me detendré hasta ser libre.” — Eren Jaeger

El Retumbar: ¿la peor masacre del anime?
Eren libera a los titanes colosales que estaban dormidos en los muros. Millones de pies marchan aplastando todo a su paso. No hay compasión. No hay pausas. Es el infierno desatado. Y Eren lo hace con la mirada fija, sin arrepentimiento.
Para el mundo, es un monstruo. Para su gente, es un salvador. Esa contradicción es lo que vuelve su figura tan poderosa… y tan trágica.

Obsesión con la libertad: el motor que siempre lo empujó
Desde el primer capítulo, Eren habló de libertad. Era su razón de vivir. Pero al final, esa libertad se volvió una espada de doble filo. Para ser libre, pensó que debía destruir todo lo que amenazaba su existencia.
“Si alguien intenta quitarme la libertad… se la quitaré yo primero.” — Eren Jaeger
Y así, su sueño terminó convirtiéndose en pesadilla. No solo para sus enemigos… sino también para él mismo.
¿Villano o producto de un mundo roto?

Eren no fue un villano de caricatura. No buscaba venganza por odio, ni poder por ambición. Solo quería salvar lo que amaba. Pero en un mundo tan podrido, terminó tomando decisiones que lo hicieron ver como un monstruo.
Es un personaje trágico, de esos que duelen porque sabes que, en el fondo, tenían un buen corazón… pero fueron rotos por el mundo que los rodeaba.
Conclusión: Eren eligió el infierno por los suyos
Eren se convirtió en villano para el mundo entero, pero lo hizo por sus amigos. Decidió cargar con el odio, el miedo y el juicio de todos con tal de ofrecer una mínima esperanza a los suyos.
Y aunque no podamos justificar lo que hizo, es difícil no entender por qué lo hizo.
En el fondo, su historia nos recuerda algo dolorosamente humano: a veces, el mundo no deja espacio para los héroes.
