¿Por qué Jiraiya no revivió en Naruto ni Boruto?
Jiraiya fue, sin lugar a dudas, uno de los personajes más queridos de todo Naruto. Maestro de grandes ninjas, leyenda viviente, sabio pervertido y, sobre todo, un hombre con un corazón enorme. Su muerte fue un golpe durísimo para los fans, y más de uno aún guarda la esperanza de verlo regresar. Pero, ¿por qué Jiraiya no volvió a la vida como otros personajes en la saga? Vamos a sumergirnos en esta pregunta que no deja dormir a muchos fanáticos.
El impacto narrativo de su muerte fue irreemplazable

Primero lo primero: la muerte de Jiraiya fue un momento bisagra para el desarrollo de Naruto como personaje. No fue simplemente una baja más; fue la pérdida que lo hizo madurar de verdad. Si revivieran a Jiraiya, perdería ese peso emocional brutal que tuvo su sacrificio. Era su figura paterna, su mentor, su ejemplo… y también su última conexión directa con la generación de los Sannin. Traerlo de vuelta sería como deshacer todo ese crecimiento emocional.
Es como si quisieran hacer que Mufasa regresara en El Rey León. Claro que todos lo amamos, pero si vuelve, ¿qué sentido tiene la historia?
¿Por qué no se usó el Rinne Tensei?
Una de las preguntas más frecuentes es: ¿Por qué Pain no lo revivió con el Rinne Tensei si lo hizo con el resto de Konoha? Y la respuesta está en los detalles.
Pain (Nagato) solo pudo revivir a las personas que habían muerto recientemente, y cuyos cuerpos aún estaban cerca. El cuerpo de Jiraiya se hundió en el fondo del océano, en Amegakure. De hecho, Kishimoto lo dejó claro: recuperar su cuerpo era imposible. Sin el cuerpo, el jutsu no funciona. Así de simple y devastador.
El simbolismo detrás de su despedida
Además, hay una fuerte carga simbólica en cómo murió Jiraiya. Luchó solo, sabiendo que probablemente no volvería. Dejó su mensaje codificado para Naruto, confió en su alumno, y se sumergió en la oscuridad con una sonrisa. Esa escena no necesita una secuela.
Es una despedida poética. Casi como si él eligiera su final. Como si entendiera que su rol en la historia ya estaba completo. Volverlo a traer quitaría fuerza a ese momento, lo haría más “de anime” y menos humano.
Pero… ¿Y si Boruto hubiera encontrado una forma?

Sí, lo sé. En Boruto, con tanto viaje en el tiempo, clones, ciencia ninja y demás locuras, parecía que en cualquier momento veríamos a Jiraiya reaparecer.
De hecho, aparece un personaje llamado Koji Kashin que es, literalmente, un clon de Jiraiya. Y aunque eso fue una sorpresa bastante grande, no es lo mismo. Koji no tiene sus recuerdos, ni su vínculo con Naruto. Es solo un eco, una sombra.
Kishimoto y el equipo detrás de Boruto jugaron con nuestras emociones, sin duda. Pero dejaron claro que el verdadero Jiraiya sigue muerto.
¿Y si Orochimaru lo hubiera revivido?

Otro argumento frecuente es: “Orochimaru podría haberlo traído de vuelta con el Edo Tensei.” Y técnicamente, sí. Pero una vez más, necesitamos el cuerpo o al menos parte del ADN. Al estar desaparecido en el mar, Jiraiya es prácticamente inaccesible incluso para Orochimaru.
Y seamos honestos, ¿realmente queremos ver a Jiraiya convertido en un zombi sin alma, solo para tenerlo en pantalla unos minutos? Sería una falta de respeto total.
La decisión de Kishimoto: dolorosa pero sabia
Masashi Kishimoto, el creador de Naruto, fue muy claro en entrevistas: decidió no traer a Jiraiya de vuelta porque quería que su muerte tuviera un peso real.
En un mundo donde los personajes pueden morir y regresar al siguiente capítulo, la muerte de Jiraiya fue una de las pocas que se mantuvo permanente. Y eso la hace mucho más poderosa.
Kishimoto incluso dijo que tuvo dudas, pero al final supo que era necesario. Y vaya si lo fue.
Jiraiya murió para siempre, y eso está bien
La historia de Naruto necesitaba esa pérdida. Dolorosa, sí. Pero también hermosa. Jiraiya fue el puente entre generaciones, el sabio imperfecto, el escritor torpe con un alma gigante.
Y aunque nos encantaría verlo una vez más caminando por Konoha, haciéndole bromas a Tsunade o guiando a Naruto, sabemos que su legado vive.
A veces, los héroes no regresan. Y eso es lo que los convierte en leyenda.